Alonso sequía dándole vueltas al asunto, sin lograr entender del todo si Román lo había dicho en serio o solo quería confundirlo.
En ese momento, Julio empujó la puerta y entró al despacho.
Al ver que Román también estaba ahí, Julio no pudo evitar sorprenderse.
-Román, ¿y tú qué haces en la empresa?
Roman rara vez mostraba interés por los asuntos del negocio, así que su presencia ahí era bastante inusual.
Alonso se puso de pie y miró a Julio.
-Román acaba de contarme algo muy extraño -dijo, manteniendo la vista fija en su amigo.
Y sin rodeos, repitió exactamente lo que Román le había contado momentos antes.
Julio escuchó todo con atención, y al terminar, dirigió una mirada llena de asombro a Román.
-¿Tú también lo soñaste?
Román se incorporó de inmediato, como si las palabras de Julio lo hubieran sacudido por dentro.
-¿Dices que tú también soñaste con eso?
Julio se llevó las manos a las sienes, como tratando de aclarar sus ideas.
-Yo solo he soñado con algunos fragmentos, nada completo… Al principio pensé que era por la culpa que siento con Rosana, que por eso tenía esos sueños tan raros. Pero después de todo lo que ha ido ocurriendo últimamente, me di cuenta de que casi todo lo que soñé sí pasó en la vida real.
Román asintió despacio.
Entonces, parece que solo Rosana y yo recordamos todo de principio a fin.
Lo cierto era que Román y Rosana habían vivido todo aquello una vez más, pero en esta vida nadie más parecía saberlo.
Julio, por su parte, sí había soñado con escenas de su vida pasada, pero siempre creyó que no eran más que producto de su imaginación.
Alonso, completamente desconcertado, preguntó:
-Entonces, ¿por qué yo nunca he soñado nada de esq?
Julio lo miró de reojo.
-Tal vez nunca te has puesto a reflexionar sobre tus propios errores. Por eso no tienes esos sueños.
Alonso se quedó callado, sin saber qué contestar.
Julio giró hacia Román y, con tono serio, le habló:
-Si dices que la empresa PZ es peligrosa, no podemos confiarnos.
Román asintió.
-En la vida pasada, esa empresa también le puso el pie al Grupo Lines. En aquel tiempo, Rosana todavía estaba con ustedes, desarrollando prótesis avanzadas, y la empresa de Julio no había quebrado. Pero después, cuando Alonso la encerró en el hospital psiquiátrico, el proyecto de carros eléctricos se detuvo.
Alonso escuchó aquello y suspiró, sintiendo un peso en el pecho.
-Si lo hubieras dicho antes… Quizá Rosana nunca habría dejado la familia Lines.
Ahora Alonso sentía, con amarga claridad, que había perdido una hermana y a la mejor mente del equipo de investigación.
Julio trató de animarlo.
-Ya está, no es tarde para corregir las cosas. Haz lo posible por compensar a Rosana, y con la empresa PZ, mejor andemos con cuidado para que no nos sorprendan.
Alonso asintió.
16.48
Capítulo 1228
-Por ahora, eso es lo único que podemos hacer.
Román se levanto, dispuesto a marcharse.
-Ya les dije lo que tenía que decir. Hoy en la noche, la pequeña va a venir a cenar. Después de eso, me voy, así que asegúrense de estar todos. Cuando yo me haya ido, ella no va a volver.
Julio le devolvió el gesto.
-Entendido.
Apenas Román salió, Alonso quedó sumido en sus pensamientos durante un buen rato, hasta que preguntó:
-Julio, ¿tú crees que todo esto de los sueños tiene sentido? ¿De verdad es confiable?
-Pues mira, yo prefiero creer que sí. Rosana ya nos había advertido sobre la empresa PZ y nos dijo que no nos metiéramos en esas inversiones de alto rendimiento. Eso quiere decir que ella algo sabía.
Alonso miró sus manos, sintiéndose inquieto.
-¿De verdad crees que yo sería capaz de encerrarla en un psiquiátrico? No creo estar tan mal…
-Pero la verdad es que sí la tratamos muy mal. Si ella no se hubiera esforzado tanto por destaparlo todo, ¿nos habríantos enterado de la verdad? Habríamos seguido culpándola sin razón.
El silencio cayó sobre Alonso, y se quedó sumido en sus propias culpas.
Por la noche, Rosana llegó puntual a la casa de la familia Lines.
Su ánimo era mucho mejor, sobre todo porque la recuperación de Sara iba viento en popa, ya hasta podía hablar sin problema.
Había que reconocerlo: la medicina que Román había traído había sido clave para la mejoría de Sara.
Saber que su mejor amiga estaba fuera de peligro le había dado a Rosana una tranquilidad tan grande, que hasta los integrantes de la familia Lines le parecían menos irritantes.
Al entrar al vestíbulo, Alonso se le acercó de inmediato y le tendió un documento.
Rosana alzó una ceja, con desconfianza.
-¿Y esto qué es? -preguntó, dudando si tomarlo o no.
No podía evitar sospechar, porque cuando Alonso traía papeles, nunca era para algo bueno.