El tono de Román estaba cargado de burla.
-No hay nada imposible. Piensalo bien, si Rosana no se hubiera defendido y empezado a cuidar de sí misma, ¿ustedes habrían descubierto la verdad?
Alonso se quedó en silencio de inmediato, como si esas palabras lo hubieran dejado sin aire.
Roman continuó, con una voz un poco más baja pero firme:
-Rosana no se parece en nada a la que vi en ese sueño. Antes solo quería agradarles, no importaba lo que le hicieran, ella siempre respondía con buena cara y seguía esforzándose por ustedes sin quejarse.
Román empezó a enumerar, uno a uno, todos los momentos en que en su vida pasada le hicieron daño a Rosana. No se guardó nada, aunque cada palabra pesaba como una piedra.
Alonso sintió que el pecho le dolía.
-Ya basta -le interrumpió, la voz quebrada.
Pero Román no pudo controlarse y soltó lo que llevaba dentro, como si necesitara decirlo todo de una vez.
-Todo eso lo hiciste antes, igual que yo, ¿o es que ahora no tienes el valor de enfrentarlo?
Alonso lo miró como si no pudiera creer lo que escuchaba.
-¿Y todo por un sueño? ¿De verdad te lo tomas tan en serio? Los sueños suelen ser todo lo contrario de la realidad.
Román bajó la mirada, y después de un silencio incómodo, respondió:
-Al principio también pensé que era solo un sueño, me parecía absurdo. Pero luego noté que Rosana empezó a cambiar demasiado, ya no se parecía a la del sueño. Quizá ella también tuvo el mismo sueño. Tal vez por eso empezó a rebelarse. No quiere terminar igual que en ese sueño.
Alonso tragó saliva, inquieto.
-¿Y en ese sueño, qué le hiciste a Rosana?
Román se obligó a hablar, aunque cada palabra le costaba el doble.
-En el sueño, Leonor acusó a Rosana de haberle lastimado el cuello. Yo, para “probarlo“, le hice un corte en el cuello a Rosana y luego fingi curarla con un “remedio“. Después, Leonor inventó una historia de que estaba enferma y necesitaba un trasplante de riñón. Yo… yo mismo le quité el riñón a Rosana.
El golpe de Alonso contra la mesa resonó en la habitación.
-Román, siempre has sido distante, pero ¿cómo pudiste hacerle algo así?
Román lo miró directo a los ojos.
-En ese momento, ustedes fueron quienes la llevaron hasta la sala de operaciones. Ninguno puede lavarse las manos.
El rostro de Alonso se descompuso.
-Ahora que lo dices, recuerdo que una vez Rosana tuvo un accidente. Cuando te vio, se asustó tanto que se cayó de la mesa de operaciones.
Román sonrió, pero era una sonrisa amarga, sin rastro de alegría.
-Sí.
-Entonces… ¿Rosana también soñó lo mismo? ¿Por eso cambió tanto de repente?
Alonso se pasó la mano por el cabello, claramente agobiado.
-Con razón nos odia tanto ahora. Admito que antes, por culpa de Leonor, no la tratamos bien, pero nunca le hicimos tanto daño. Si realmente pasaron esas cosas en el sueño, ya todo tiene sentido.
Román apenas podía hablar.
-Por eso siempre les insistí en que dejaran de presionarla.
16:48
Capitur IZZI
-Pero esas cosas solo pasaron en el sueño, ¿no? Hasta donde sé, tú no la llevaste al quirófano, y Leonor ya está muerta. Rosana incluso fue la mejor en el examen de ingreso universitario.
Pero el tono de Alonso evidenciaba cierta culpa, porque sabía que si Rosana no hubiera luchado por sí misma, tal vez si habrían repetido lo del sueño.
Ambos se sumieron en el silencio, como si las palabras ya no sirvieran de nada.
Al final, Alonso habló.
-Y eso que dijiste de que la empresa PZ es una estafa, ¿también lo supiste por ese sueño?
Román asintió.
-Sí. Todo apunta a que lo que pasaba en ese sueño termina ocurriendo aquí, por más que Rosana haya cambiado. El rumbo general no se mueve.
Alonso se frotó las sienes, como si quisiera sacudirse las ideas.
-¿De verdad crees que existe algo así de raro?
Román lo miró con una mezcla de resignación y cansancio.
-Si no, ¿cómo crees que de repente terminé a cargo de la isla? Al principio tampoco lo creía, pero después de ver tantas coincidencias, ya no me quedó de otra.
Se quedó mirando a Alonso, con una expresión de arrepentimiento.
-Pero cuando me di cuenta de todo esto, ya Rosana había cambiado demasiado. Volví demasiado tarde. Si hubiera regresado antes, quizás su relación con la familia no sería tan mala,
Alonso negó con la cabeza, incrédulo, como si todo eso le pareciera parte de una historia de ciencia ficción. -¿Pero de verdad vamos a creer que lo del sueño se repite acá? ¿Esto qué es, una película de fantasía?