Cuando Rosana vio aparecer a Estefania, no pudo evitar que su Animo se torciera de inmeiliato
Con un tono cortante, Rosana le softó:
Sra. Iglesias, ¿me deja pasat, por favor?
La expresión de Estefanía mostró algo de incomodidad. Dio un paso atrás y dijo:
-No vengo con otra intención. Escuché que tu hermano Román salvó a Sara y agradecerle en persona.
y me pareció increible, por eso vine a
Mientras hablaba, sus ojos no se apartaban de Román.
Román, con un tono seco, respondió:
-Lo hice solo por consideración a mi hermana.
-Claro que lo sé, pero aun así quería darte las gracias -insistió Estefanía.
-No hace falta.
Roman ni se molestó en disimular su indiferencia hacia Estefanía y, sin más, entró directo a la sala de cuidados intensivos.
Estefanía observó la espalda de Román mientras se alejaba, en su mirada brillaba una chispa despectiva
Todo estaba planeado perfectamente, pero de pronto alguien vino a arruinarlo. ¿Quién demonios era ese Román? ¿De dónde había salido?
Óscar se acercó a Rosana y le dijo en voz baja:
-Rosita, ven conmigo un momento, necesito platicar algo contigo.
Rosana lo siguió hasta un rincón apartado, cerciorándose de que Estefanía no pudiera escuchar. Solo entonces preguntó:
-¿Qué pasa? ¿De qué quieres hablar?
Óscar bajó la voz casi hasta un susurro:
-Anoche, la gente de Javier descubrió que lo del accidente del carro fue provocado.
El semblante de Rosana cambió de golpe.
-¿Provocado? ¿Ya saben quién lo hizo?
-Todavía no hay pistas claras, pero Dionisio ya puso á su gente a investigar en secreto. Todo esto ocurrió de repente….hay algo raro detrás.
Rosana arrugó la frente, insegura:
-Siento como si algo malo estuviera por pasar, pero no logro descifrar qué es.
Era como si una sombra de conspiración se cerniera sobre ellos, acercándose poco a poco, sin que pudieran identificar de
dónde venía la amenaza.
-¿Y cómo es que a Sara le pasó esto de repente? -preguntó Óscar.
Rosana miró hacia Estefanía, que seguía rondando la entrada del hospital. ¿Sería posible que todo esto tuviera que ver con el dinero y las propiedades a nombre de Sara? Pero, ¿de dónde sacaría Estefanía tanta capacidad para montar algo asi?
Si la autora intelectual fuera Angela, tampoco tendría sentido. Si Ángela hubiera querido deshacerse de Sara, habria tenido muchas oportunidades cuando era niña.
Así que, a juicio de Rosana, lo más probable era que Ángela no tuviera nada que ver. La única sospechosa que quedaba era Estefanía.
Entonces miró a Óscar y le sugirió
-Hay que averiguar bien qué hizo Estefanía en el extranjero. Seguro tiene cosas que está ocultando.
Al principio, todos subestimaron a Estefanía porque venía de una academia de señoritas adineradas. Sin embargo, si en verdad ella estaba detrás de esta jugada, entonces todos habían sido demasiado confiados.
1/2
15:45
Rosana respiro hondo y con firmeza agregó:
-Mientras Sara esté a salvo, tenemos tiempo para desenredar este embrollo.
Lo importante era que Sara siguiera con vida. Todo lo demás se podía resolver.
Oscar le sonrió y comentó:
-Rosita, cada vez te veo más fuerte.
-Después de todo lo que nos ha tocado vivir, no puedo seguir siendo la misma de antes, ¿no crees?
Rosana se dio vuelta y regresó a la puerta de la sala de cuidados intensivos.
Estefanía aprovechó para preguntar:
-Srta. Lines, ¿cómo hizo tu hermano Román para salvar a Sara?
-La verdad, no tengo claro los detalles. Eso es cosa de él y su método, no me corresponde a mí decirlo.
Rosana la miró con una sonrisa a medias:
-¿Por qué siempre eres tú quien aparece por aquí? ¿Dónde está tu hijo? ¿Por qué él nunca viene?
-Él no se ha sentido bien estos días, por eso ha estado en casa, en reposo. Cuando se recupere, te aseguro que vendrá a ver a su hermana.
Rosana, sin perder la sonrisa irónica, replicó:
-¿De verdad? ¿Nomás por un resfriado ya no puede levantarse de la cama? Eso me hace pensar que el cariño que le tiene a Sara no es tan profundo como dice.
Estefanía se apresuró a explicar:
-Srta. Lines, no me malinterprete. Mi hijo siempre ha sido delicado de salud. Aunque solo sea un resfriado, si no se cuida, puede empeorar.
-Pero ni siquiera tuvo que hospitalizarse. Solo tenía que venir a saludar a su hermana y ya. ¿Tan difícil era? Al final, lo que pasa es que no le importa tanto, ¿verdad?
Las palabras de Rosana quedaron flotando en el aire, tan punzantes como una aguja.