Era muy probable que Julio le echara la culpa de todo esto a Sabrina, por eso había decidido vengarse de nuevo.
Después de todo, cualquier persona con dignidad no soportaría una humillación así.
Y más aún alguien como Julio, que era una figura reconocida.
Sabrina pensó que lo que decía Hache tenía mucho sentido.
Daniela, por su parte, no paraba de maldecir a André, diciendo que solo sabía arruinar las cosas.
-André, lo de Sabrina podemos resolverlo nosotras mismas, no hacía falta que vinieras a meter más la pata -le soltó Daniela con sarcasmo-. No sé si de verdad quieres ayudar a Sabrina o si en el fondo solo quieres vengarte de ella.
-Fuiste tú quien lo hizo, pero ahora Julio la agarra contra Sabrina -continuó, con tono punzante-. Si no hubieras actuado por tu cuenta la última vez, Julio ni siquiera la tendría en la mira y nada de esto habría pasado.
Daníela sentía cierto alívio al ver que André se había vengado de Julio. Pero si se suponía que lo había hecho por Sabrina, lo mínimo era limpiar el desastre que dejó.
No era justo que él armara todo el lío y Sabrina terminara pagando los platos rotos.
¿Eso era ayudar? Más bien parecía que estaba estorbando.
André frunció el ceño.
-Como ya dije, solo mandé a darle un escarmiento. No fue mi gente la que lo humilló -replicó con voz seca-. Y tampoco anduve ocultando que fui yo.
Lo que André había hecho no era precisamente un secreto. Con una minima investigación, cualquiera se enteraría de que él estaba detrás, No le temía a una represalia de Julio. De hecho, no había llegado a los extremos justo para evitar que Sabrina terminara salpicada.
Jamás pensó que Julio de todas formas terminaría culpándola.
La mirada de Daniela hacia André se volvió aún más desdeñosa.
Pensaba: “Pura boca para actuar, pero nada de agallas para asumir consecuencias. Encima, deja que una mujer cargue con el problema. De verdad que Araceli le lavó el cerebro a este tipo“.
Daniela, en su cabeza, ya le habla anotado a André más de diez fallas imperdonables.
Iba a seguir discutiendo, pero Sabrina la interrumpió.
-Ya, Daniela, suficiente.
Lo hecho, hecho está. Seguir buscando culpables no tenía sentido.
Sabrina miró a André
-Si no tienes nada más que decir, mejor vete. Hache necesita descansar.
André no era de los que se ponían a dar explicaciones, así que el hecho de que hubiera hablado tanto con Daniela ya era un milagro.
Aun así, volvió la mirada hacia Hache.
-Todavía no respondió a mi pregunta -soltó, sin apartar la vista.
Sabrina pensó que André estaba fuera de lugar y estaba a punto de intervenir, pero en ese momento, Hache, que había estado en silencio todo el rato, por fin habló
-Así es, fui yo.
Todos se giraron a mirar a Sebastián.
Él estaba recostado en la cama, con expresión tranquila.
-Ese tipo casi provoca que la señorita Ibáñez y yo muriéramos en ese accidente. Lo mínimo que podía hacer era devolverle un poco de su propio veneno. Si él quiso acabar con nosotros, yo solo hice que pasara un mal rato. Creo que fui demasiado considerado, la verdad.
1/2
17:37
Capitulo 775
Sebastián hizo una pausa, luego echó una mirada rápida a Jorge y, con una sonrisa apenas visible, añadió:
-Además… esta idea ni siquiera fue mía. Me la inspiró alguien más. Si fuera por mí, no se me habría ocurrido un plan tan ingenioso. Quien puede idear algo así, en cierto sentido, es todo un genio. Señor Olivares, ¿usted qué opina?
Por un instante, Jorge sintió que Hache lo había descubierto.
Pero, ¿cómo podía ser? Ni André lo sabía. Él había sido sumamente cuidadoso, ¿cómo podía Hache sospechar?
Instintivamente, Jorge miró de reojo a Sabrina. Al ver que ella permanecía tranquila, como si no le diera importancia a lo que decía Hache, se relajó.
Respondió con una sonrisa forzada.
-Ay, Hache, puro chiste el tuyo -se hizo el desentendido.
No le dio mayor importancia a las palabras de Hache.
Sabrina y Daniela tampoco lo hicieron.
Ambas pensaban que Hache no tenía ni los medios ni la astucia para ejecutar algo así.
De todos los presentes, solo André seguía convencido de que él tenia algo que ver con todo ese asunto.
Y la única que faltaba por reaccionar era Araceli