Capítulo 769
El video de Julio con un grupo de hombres en una finca de la familia Castaño explotó en tendencias.
Aunque en las redes nacionales lo borraron casi de inmediato, en las plataformas internacionales el escándalo se transmitia sin filtro y causaba furor.
Un video tan impactante y fuera de lo común, que rompía todas las normas, era justo lo que más llamaba la atención de la
gente.
Y lo más increíble no era solo que Julio estuviera con un hombre, ¡sino que se trataba de varios!
Por aquí, aunque no se podía ver el video original, las versiones pixeladas de la grabación de Julio circulaban por todos lados.
Pero en el extranjero…
Ni siquiera se molestaron en tapar nada: todo se veía nítido, sin censura, en alta definición.
Un montón de internautas, picados por la curiosidad, se las arreglaron para saltarse las restricciones y vieron la transmisión en directo, y hasta compartieron tutoriales para que otros pudieran hacer lo mismo.
En cuestión de horas, el video de Julio se había vuelto viral en todo el mundo.
Incluso en países donde la gente está acostumbrada a ciertas libertades, lo que pasó dejó a todos boquiabiertos.
Al fin y al cabo, estas cosas suelen ser muy privadas para la mayoría. Nadie anda mostrando ese tipo de situaciones en público.
Que Julio estuviera con hombres en la finca de los Castaño ya era escandaloso, pero ¿transmitirlo en vivo? Eso sí que nadie se lo esperaba.
Mientras la transmisión seguía, los comentarios en línea no paraban de llover:
[Dicen que ese tal Julio es un junior de la familia Castaño… ¿Así es como se divierten los ricos?]
[¡Qué desorden en ese círculo social!]
[La neta, Julio tiene buen cuerpo… jejeje.]
[Julio se ve alto y fuerte, bastante varonil, y aun así resulta que es el que recibe… Ya veo que las apariencias engañan.]
[Lo más impresionante es que ni uno le es suficiente, ¡necesita varios!]
[No inventes, ¿de verdad estoy viendo esto sin pagar?]
Las redes estaban que ardían con la polémica.
En la mansión de los Castaño, la noticia cayó como una bomba.
Fidel tenía la mirada tan dura como el hielo. Sin perder la compostura, lé lanzó una orden tajante a su asistente:
¡Quiero que bloqueen la transmisión ya mismo!
El asistente, casi al borde de las lágrimas, balbuceó:
-Señor Castaño, no es que no queramos, es que… no se puede. Incluso si cortamos la transmisión de este lado, las plataformas internacionales siguen transmitiendo. Los servidores no están bajo nuestro control…
El ceño de Fidel se marcó con furia contenida, como si una tormenta oscura pasara por su cara.
-Consigan hackers. Quiero que tumben esos servidores de inmediato.
El asistente temblaba mientras respondía:
-Ya lo intentamos, pero ellos tenían todo listo. Contrataron hackers mejores y reforzaron la seguridad. Los nuestros están intentando entrar, pero con suerte, lo logran cuando ya todo haya terminado…
Para cuando lograran hackear, el video de Julio ya habría dado la vuelta al mundo.
El rostro de Fidel, siempre tan imperturbable, por fin dejó ver el enojo que sentía.
Su voz salió apretada, como si le costara dejar escapar las palabras entre los dientes:
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¿Quién? ¿Quién se atrevió a ponerle una trampa así a los Castaño?
Ahora, todo el mundo estaba viendo cómo se burlaban de la familia Castaño.
Él era el jefe actual de la familia, y justo bajo su mando, sucedía semejante escándalo…
Podía imaginarse lo que sus enemigos, y los parientes que competían por el liderazgo, harían con esta situación. Seguro aprovecharían para exigir su renuncia.
En ese momento, Nicolás entró apresurado.
-Tío, ya ubicamos a Julio. Está en Argentina.
Argentina? -Fidel frunció el entrecejo-. Si no recuerdo mal, ese es territorio de los Fonseca, ¿no?
Nicolás asintió.
-Así es. El problema es que no tenemos ninguna relación con la familia Fonseca. Ni siquiera conocemos al jefe actual. No tenemos cómo acercarnos…
Entre las familias más poderosas de la comunidad china en el país, siempre había algún tipo de contacto.
Incluso si la relación era tensa, las apariencias se mantenían.
Nadie quería enemistarse con alguien de su mismo nivel, mucho menos llegar al punto de hacerse daño mutuamente.
Hubo una vez, en el extranjero, que dos grandes familias se pelearon tanto por el poder que terminaron arruinándose juntas y desaparecieron del mapa…