Capítulo 760
El se quedo ahi a propósito, solo para ver si Sabrina lo dejaría tirado y saldría corriendo sola,
Si la situación fuera al revés, si él tuviera que rescatar a alguien, todo dependería de su estado de ánimo.
Aunque, siendo honestos, lo más probable era que no lo haría.
No era precisamente el tipo de persona que disfruta ayudando a los demás.
La pérdida de sangre empezó a pasarle factura a Sebastián, sintiendo cómo su cuerpo se volvía cada vez más débil
Aún así, no parecía tener intención de pedir ayuda.
De repente, una idea extraña cruzó por su mente.
Si moría ahí mismo, ¿seria eso una señal de que no era tan afortunado como pensaba?
O tal vez, si alguien aparecía para salvarlo, ¿sería porque los desgraciados siempre encuentran la manera de seguir molestando al mundo?
Mientras divagaba sin rumbo, tres siluetas se fueron acercando y poco a poco aparecieron en su campo de visión.
La mirada de Sebastián se movió apenas, intentando distinguir quienes eran.
Sabrina venía acompañada de dos hombres desconocidos, ambos de mediana edad.
-Señores, él es mi amigo. Si pueden llevarlo sano y salvo al hospital, les daré diez mil pesos a cada uno como agradecimiento -dijo Sabrina, sin titubear.
Para alguien común, ganar diez mil pesos solo por cargar a alguien hasta el hospital era una oportunidad que no se podía dejar pasar. Cualquier segundo que perdieran dudando era una falta de respeto para semejante suma.
Los dos hombres se mostraron tan atentos y serviciales como empleados de hotel de lujo.
Uno de ellos aseguró:
-No se preocupe, señorita, le prometo que lo llevaremos al hospital lo más rápido posible.
El otro no se quedó atrás y añadió:
-Así tengamos que pasarnos el semáforo en rojo, llevamos al herido antes que cualquier cosa.
A Sabrina le costó un buen rato detener algún carro hasta que, por fin, estos dos aceptaron ayudar.
Ella no quería que los únicos dispuestos a echar una mano se fueran, así que soltó la oferta de diez mil.
Al principio, los hombres dudaron un poco.
Sabrina incluso los dejó grabar un video donde ella confirmaba que pagaría la recompensa, y así se quedaron tranquilos.
El más fornido de los dos cargó a Hache y lo subió al carro entre los dos.
Cuando Sabrina estaba lista para subir también, Sebastián pareció recordar algo.
-Señorita Ibáñez, deje que ellos me lleven al hospital. Mejor regrese al concurso, todavía puede llegar a tiempo.
Sabrina siempre procuraba llegar al menos dos horas antes a esas competencias, por si surgía algún imprevisto en el camino.
Y aunque lo que les había pasado era grave, todavía había tiempo suficiente.
Ella lo miró, preocupada por el color pálido de su cara.
-¿De verdad vas a seguir pensando en la competencia en este momento? ¿Acaso la vida de una persona vale menos que una medalla?
Aunque Hache parecía estar consciente, ella no podía olvidar cómo, en el último segundo, él se había girado para recibir el golpe del carro y protegerla.
¿Quién sabe si había sufrido daños internos?
La vida de una persona siempre va primero.
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Capit
Si algo le sucedía a Hache por su culpa, Sabrina no podria perdonarse jamás.
Sebastian intento insistir, pero Sabrina lo interrumpió.
-No hables más, necesitas descansar.
Luego se dirigió a los hombres:
-Señores, ¿me prestan un celular?
Uno de ellos le entregó su teléfono.
Sabrina marcó el número de Daniela.
[Daniela, soy Sabrina. Hache y yo tuvimos un accidente. Vamos camino al hospital, ¿puedes venir?]
Daniela no perdió tiempo en preguntar detalles. Solo quiso saber a qué hospital irían, y en cuanto obtuvo la dirección, colgó de inmediato para salir en su búsqueda.
El lugar del concurso quedaba demasiado lejos del hospital. Si quería llegar, tenía que apurarse.
En el hospital, Sabrina acompañó a los enfermeros mientras empujaban la camilla de Hache rumbo a la sala de urgencies.
Mientras avanzaban por el pasillo, Sebastián, que había estado con los ojos cerrados todo el trayecto, de pronto los abrió y por fin preguntó aquello que le rondaba la cabeza desde el accidente.-
-¿No sentiste miedo?
Capitulo 701