Capítulo 700
Capítulo 700
Carolina arrugó la frente y soltó con un tono serio:
-La verdad, en nuestro país esas cosas deberían cambiar ya.
No pasó mucho tiempo antes de que anunciaran los resultados del duelo entre Sabrina y Araceli.
Sabrina obtuvo diez puntos.
Araceli… cero.
Ni el presentador ni los jueces, que intentaron suavizar la derrota diciendo que Araceli había perdido con dignidad, lograron evitar que ella sintiera una vergüenza terrible.
¡Otra vez había perdido frente a Sabrina!
Por suerte, antes de salir al escenario, Araceli se preparó mentalmente y no permitió que su dignidad terminara pisoteada del todo.
Se esforzó por mantener una sonrisa elegante y, mirando a Sabrina, dijo:
-Señorita Ibáñez, felicidades por haber ganado el primer duelo.
Sabrina le respondió con una sonrisa igual de cortés:
-Gracias por tus buenos deseos, señorita. Todavía tendremos otra oportunidad de enfrentarnos, así que espero que te recuperes pronto y que tu mano sane para que, en nuestro próximo duelo, puedas ganar de vuelta.
Esta vez Sabrina sacó noventa y nueve puntos.
¡Para vencer a Sabrina había que tener una puntuación perfecta!
Incluso Marcelo, que había dejado a todos boquiabiertos con su actuación, solo logró noventa y cinco puntos como
máximo.
Araceli ni siquiera pudo superar la puntuación de Marcelo.
¿Quién dijo que ganarle a Sabrina era cosa sencilla?
Después de ese intercambio de cortesías cargadas de hipocresía, Sabrina y Araceli se bajaron del escenario.
Después, fue el turno de los demás concursantes.
Cuando todas las rondas terminaron, nadie consiguió superar a Sabrina en la tabla.
Araceli, fuera de Sabrina, tuvo la segunda mejor puntuación.
Aun así, perdió contra Sabrina, así que solo pudo quedarse con cero puntos.
Ese día solo era el inicio de la primera ronda del torneo. Los demás concursantes todavía tenían esperanzas de remontar.
Aunque no lograran alcanzarla en la primera vuelta, todavía quedaba una segunda oportunidad.
Cuando acabaron todos los duelos, el presentador anunció el inicio de la votación popular en internet.
-A ver, jueces, ¿quién creen que se lleva hoy el título de favorita del público?
Entre los jueces, unos apostaron por Sabrina, otros por Araceli, y algunos mencionaron a otros participantes.
De los diez jueces, cinco pensaron que Sabrina sería la reina de la popularidad.
Tres apostaron por Araceli.
Los dos restantes eligieron a participantes distintos.
Cuando el suspenso estuvo en su punto, el presentador por fin reveló los resultados.
-¡La favorita del público de hoy es… la señorita Araceli!
Hasta el cierre de la votación, obtuvo un millón quinientos mil votos.
¡Por su parte, la señorita Ibáñez también alcanzó un millón cuatrocientos mil votos!
El presentador ni siquiera mencionó al tercer lugar, porque la diferencia de votos era tan grande que decirlo solo haría sentir
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mal al participante.
Cuando Araceli escuchó el resultado, sus ojos se llenaron de incredulidad.
¿¡Qué!?
¿Sabrina solo tenía cien mil votos menos que ella?
¡Y eso que Sebastián había estado moviendo contactos para inflar sus votos! ¿Apenas así había logrado una mínima ventaja sobre Sabrina?
En cuanto terminó el evento, Araceli le marcó el celular a Sebastián.
-Sebastián, ¿no que me ibas a ayudar con los votos? ¿Por qué solo le gané a Sabrina por tan poco?
La voz de Sebastián sonó indolente, como si nada le importara:
-Sabrina ganó hoy, fue la campeona indiscutible. En cuanto a talento, belleza y carisma, te supera en todo. ¿De verdad creías que solo por dar lástima ibas a ganarle por tres millones, cinco millones… o hasta diez millones de votos? Nadie es ingenuo, Araceli. ¿Tú crees que eso pasa?
Hizo una pausa y continuó:
-Igual, ganar por un millón o por cien mil es ganar. Lo importante es llevarse la victoria. Así como en el puntaje, puedes quedar en segundo lugar, pero igual te vas con las manos vacías.
Las palabras de Sebastián le dieron justo donde más le dolía.
Araceli apretó los dientes de pura rabia, pero no encontraba qué contestar.
Después de todo, sí le había ganado a Sabrina.
Araceli no se atrevía a enfrentar a Sebastián, así que, furiosa, simplemente colgó la llamada.
El primer día del torneo, Sabrina venció de forma aplastante a la fastidiosa Araceli, lo que puso feliz a Daniela.
Con una sonrisa de oreja a oreja, agitó la mano y exclamó:
-¡Vámonos! ¡Hoy invito yo, vamos a celebrar!