¡Ella no podía permitir que Víctor salvara a Xyris, Víctor le pertenecía a ella!
Si Víctor salvaba a Xyris y además le dejaba toda la herencia, entonces ella no tendría absolutamente
nada.
¡Todo lo que había tramado durante estos años, el tiempo que había desperdiciado en Víctor, ¿qué significaba eso?!
¿Acaso creía que su mansión y ese triste dinero podrían compensarla?
¡Ella no lo aceptaba!
¡Lo que quería era a Víctor, el puesto de señora Barroso y, toda su fortuna!
Todo eso debía pertenecerle a ella.
Tyliana llegó a la habitación de Ana. Ana estaba probándose vestidos; estos tres años viviendo como la hija del hombre más rico del mundo la habían vuelto derrochadora, y acababa de encargar otro lote de
vestidos de alta costura.
Desde que Raquel llegó al Valle del Río, la vida de Ana se tornó difícil, y solo las compras podían
alegrarla un poco.
La irrupción repentina de Tyliana asustó a Ana. Apresurada se cubrió el cuerpo.–¡Tyliana, ¿por qué entras
sin tocar la puerta? ¡Estoy cambiándome!
Tyliana tenía el rostro sombrío.–¡Vístete rápido, tu vida de lujos está por terminar!
¿Qué significaba eso?
Ana se puso la ropa lo más rápido que pudo. Miró a Tyliana.–¿Tyliana, qué quieres decir con eso? ¿Qué
ha pasado?
Tyliana respondió: -¡Víctor ya está haciendo su testamento!
-¿Qué? ¿Un testamento? ¿Para qué haría mi papá un testamento?
Ana no sabía nada aún y estaba sorprendida.
Tyliana dijo enfurecida: -Victor ha encontrado la manera de salvar a Xyris. Va a sacrificar su vida para curarla, por eso está haciendo un testamento.
¿Qué?
El rostro de Ana cambió de manera drástica. No quería en absoluto que Xyris viviera; deseaba que
muriera cuanto antes.
-¿Y sabes cuál es el contenido del testamento de tu padre?
El corazón de Ana dio un vuelco total y sus ojos se iluminaron. ¡Ella era la única hija biológica de Víctor! ¿
Iba a heredar toda su fortuna?
Capítulo 716
¡Dios mío no puede ser!
¡En ese caso, que Victor muriera estaba bien!
Tyliana miró a Ana y ya había adivinado todos sus pensamientos. Se rió con frialdad.–¡Deja de soñar! No seas tonta en el testamento de Víctor ni siquiera se menciona tu nombre.
Ana quedó estupefacta.–¿Dime por qué? ¿Acaso no soy su hija?
Tyliana sonrió con sarcasmo y dijo: -Víctor y Xyris aún no se han divorciado. Xyris sigue siendo la heredera principal. Por eso, Víctor quiere que ella herede toda su fortuna. En cuanto a ti… Victor dijo que, si en el futuro logras agradarle, ella podría darte algo de dinero. Pero, por lo que veo, Xyris no tiene ni un poco de afecto hacia ti. Ganarte su favor te resultará bastante difícil. Así que, Ana, ¡no tienes absolutamente nada!
¡Ana, no tienes absolutamente nada!
Esa frase explotó en los oídos de Ana como una bomba. Jamás habría imaginado que, después de hacerse pasar con tanto esfuerzo por la hija del hombre más rico del mundo, al final no obtendría ningún beneficio.
Ana agarró asustada la mano de Tyliana.–¡Tyliana, tienes que ayudarme! ¡Piensa en algo rápido! No puedo quedarme sin nada. ¡Todo lo que tiene mi padre debería ser mío… no, perdón debería ser de las dos, tuyo y mío!
Tyliana sonrió.–Tengo una manera. Solo tienes que hacer lo que yo diga.
Ana, emocionada, le dijo: -¿Qué manera? ¡Tyliana, dime rápido, ¿qué manera?!