Capitulo 705
El personal de recepción abrió la puerta de la oficina, y Victor entró con elegancia. Vio a Xyris sentada en su silla de trabajo, revisando concentrada unos documentos.
-Jefa Xyris, el jefe Victor ha llegado.- Anunció el recepcionista.
Xyris no levantó la vista. Tenía un boligrafo en la mano y firmaba al pie de un documento.–Jefe Victor, por favor siéntese un momento, terminaré este documento enseguida.
Víctor observó atento a Xyris. Ese día, Xyris vestía una blusa de seda blanca de estilo ejecutivo y una falda negra ajustada. Su cabello rizado cala con descuido en un moño alto, dejando al descubierto una línea de cuello delicada y bien definida, así como su bello perfil. Era deslumbrante y encantadora.
El recepcionista le preguntó respetuoso a Víctor: -Jefe Víctor, ¿le gustaría tomar algo?
Victor respondió: -No, gracias. Puedes retirarte.
-Sí, señor permiso.
Después de que el recepcionista se fue, Victor sintió que por fin había tranquilidad a su alrededor.
En ese momento, Xyris terminó de revisar el documento y lo cerró. Levantó la cabeza para mirar a Víctor. -Jefe Víctor, ¿ha venido a buscarme tan temprano porque ya salió el informe de la prueba de paternidad?
Víctor apretó ligeramente los labios.–¿Es que si no hubiera salido el informe de ADN, yo no podría venir
a verte?
Xyris alzó una ceja.–Jefe Víctor, ¿quién lo ha irritado tan temprano? ¿Por qué habla con ese tono tan desagradable?
Lo que decía Víctor era cierto. Desde que Xyris regresó, solo hablaba con él sobre su hija. Aparte de su hija, parecía que ya no tenía nada más que decirle.
Víctor soltó sonrió con sarcasmo.–Seguro que tú sí estás de buen humor, rodeada de tantos hombres. Esa sensación debe de ser maravillosa, ¿no es así?
Xyris se quedó un poco sorprendida por esto.–Jefe Víctor, ¿se refiere a esos subordinados míos?
-Es la primera vez que veo a todos los subordinados ser hombres. Jefa Xyris, me ha abierto los ojos.
Xyris sonrió.-Es cierto que todos mis subordinados son guapos. Además, todos miden más de 1,85 metros, tienen abdominales bien marcados, son apuestos, egresados de universidades prestigiosas y son muy competentes. Ésos son los requisitos indispensables para trabajar a mi lado. No acepto
subordinadas mujeres.
En el atractivo rostro de Victor apareció una capa de frialdad.–¿Estás eligiendo subordinados o esposos? ¿Qué tiene que ver la capacidad de trabajo con todo eso?
-¿Jefe Victor, qué quiere decir con eso? A mí simplemente me gusta mirar a hombres guapos. ¡Esta.es mi empresa! ¿Acaso no puedo? -dijo con altivez Xyris-. No es de extrañar que a ustedes, los hombres, les guste mirar a mujeres bonitas y contratar secretarias jóvenes y atractivas. Ahora entiendo lo bien que
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se siente al levantar la vista y ver un grupo de hombres apuestos e Inteligentes. Antes solla cuestionai ese comportamiento, pero ahora comprendo a ese tipo de hombres. Por eso decidi convertirme en ese tipo de mujer!
Victor se quedó al instante sin palabras. Las dos grandes manos que colgaban a los lados de su cuerpo se cerraron en puños. -¿Acaso yo he contratado secretarias mujeres? ¡Todas las personas que trabajan a mi alrededor son hombres!
Pax, que estaba detrás de Víctor, sonrió de inmediato con actitud conciliadora.–Señora Xyris, es verdad que en todos estos años, el jefe Víctor ha tenido solo hombres a su alrededor.
Xyris respondió con una amplia sonrisa: -Tú no buscas mujeres, ¿pero tampoco me permites a mí rodearme de hombres? Y además, no me llames señora Xyris. Deberías dirigirte a mí como jefa Xyris.
Pax volvió a sonreír, algo incómodo.–Está bien, jefa Xyris.
-¡Noooo! ¡Llámala señora Xyris! -ordenó furioso Víctor.
-¡No! ¡Llámame jefa Xyris! -insistió Xyris.
-¡Xyris, no lo olvides! ¡Todavía no estamos divorciados! ¡Tú aún sigues siendo mi esposa!
Pax se sintió incómodo. La pelea entre esposos lo ponía en una situación muy difícil.
Xyris miró fijamente a Víctor, y decidió poner fin a esta discusión sin sentido.–¿Salió ya el resultado de la prueba de paternidad por ADN? -preguntó apresurada.
Víctor también se calmó y respondió con indiferencia: -Sí.
Víctor extendió la mano, y Pax le entregó el sobre sellado que contenía el informe de la prueba de ADN. Xyris se levantó ansioso, mirando con nerviosismo el sobre sellado.–¿Anita es nuestra hija?
Tenía una muy mala impresión de Ana. Siempre se decía que entre madre e hija existía una conexión bastante natural. Ella amaba profundamente a su hija, pero al ver a Ana no sentía la menor cercanía. Esa sensación era algo muy extraña.
Sospechaba seriamente que Ana no era su hija biológica ni la de Víctor.
