Capítulo 701
Victor miró a Xyris y le sujetó el mentón con la mano. ¿Separados por más de veinte años? Esa frase suena como si estuvieras reclamando dos décadas de frustración sexual. Entonces, esta noche me
encargaré de satisfacerte como te mereces.
Xyris se sintió profundamente indignada.
¡Paf!
Le apartó la mano de un manotazo. Ve a resolver tus deseos sexuales con tu primer amor. Durante todos estos años en los que no estuve, ¿acaso ustedes ya se acostaron en la cama en la que dormimos juntos alguna vez?
El semblante de Víctor se tornó sombrío. -¿Cuántas veces más tengo que decirlo? ¡No pasó nada entre
Tyliana y yo!
Xyris alzó una ceja. —¡Qué ridículo eres! ¿Me estás diciendo que en más de veinte años no te acostaste
con Tyliana?
Víctor dijo:…¡Sabes no proyectes tus pensamientos sucios en los demás!
¿Decía la verdad? ¿Él no se había acostado con Tyliana?
Xyris preguntó: -¿Entonces has estado buscando amantes todos estos años? ¿Acaso fueron secretarias jóvenes o estudiantes a las que mantenías para satisfacerte?
Víctor gritó, irritado: —¡Xyris Jiménez, ya basta!
Xyris respondió: -¿Y por qué te enojas tanto? ¿En qué me equivoqué? No me digas que en todos estos años no has mantenido por ahí una amante, iporque no te lo creo!
Víctor la miró fijamente a los labios mientras ella hablaba, y de repente se inclinó silencioso para besarla.
Mm.
Las pupilas de Xyris se contrajeron, furiosa alzó las manos para empujarlo.
Pero Víctor le sujetó las muñecas contra la pared, y la besó con fuerza. Dominante, forzó la entrada entre
sus dientes, invadiendo como fiera su boca.
El rostro de Xyris se sonrojó. Ambos ya no eran jóvenes, y no esperaba que Víctor todavía disfrutara
tanto besarla.
Xyris dijo: -¡Sueltame!
Xyris mordió con fuerza la comisura de los labios de Víctor.
¡Tss!
Víctor sintió el agudo dolor, y se pasó la mano por la boca. Descubrió que estaba sangrando.
Víctor iba a decir algo, pero en ese momento se escuchó la voz de Tyliana. -Víctor.
Capitulo 701
Xyris asombrada levántó la vista. Tyllana había llegado.
Xyris empujó con fuerza a Victor, quien dio un paso hacia atrás.
Tyliana se acercó y al ver la herida en la comisura de los lablos de Victor, de inmediato expresó con preocupación: -Victor, ¿por qué estás sangrando?
Tyliana, al decir esto, miró a Xyris. Con voz débil, dijo: -Señorita Xyris, ha regresado, qué alegría. Respecto a lo de Víctor y yo, todo ha sido un malentendido. Solo somos buenos amigos. Todos estos años él solo me ha tenido cerca por compasión. Señorita Xyris, si por mi culpa usted está teniendo conflictos con él, puedo irme ahora mismo y no volver a verlo jamás.
Xyris la miró con frialdad. Tyliana era una mujer de dos caras, muy astuta. En el pasado, ya había sido víctima de sus intrigas.
-No hace falta, Tyliana. La relación que tengas con Víctor ya no me interesa. Él es un hombre que yo no quiero, si tú lo deseas, tómalo.
El rostro de Víctor se ensombreció. -¡Xyris!
Xyris se acercó cautelosa a Tyliana y le susurró con una sonrisa burlona: -Me fui durante más de veinte años, y escuché que aún no te has convertido en su esposa. Tyliana, qué poca capacidad tienes.
El comentario tocó una fibra sensible en Tyliana, y su expresión frágil casi se desmoronó.
Xyris continuó: -Tyliana, debes seguir esforzándote un poco más. Ya no eres joven, ¿cierto? Debes tener más de cuarenta años. La verdad, te compadezco. A los veinte sedujiste al esposo de otra como amante… ¿y ahora, con más de cuarenta, aún sigues siendo amante? A tu edad, ser amante ya te queda un poco grande.
El rostro de Tyliana cambió de forma drástica. Cerró el puño con fuerza. ¡Maldita Xyris!
Xyris le dirigió una última mirada a Víctor. -Jefe Víctor, adiós.
Dicho esto, Xyris se marchó.
Tyliana recobró con rapidez la compostura y se acercó a Víctor.–Víctor, ¿todavía no has logrado explicarle todo lo sucedido a la señorita Xyris? Que me humille está bien, yo solo no quiero que ustedes discutan por mi culpa.
Víctor observaba la silueta encantadora de Xyris mientras se alejaba. Su cuerpo se movía con una gracia seductora al caminar. Y aunque estaba enojado, no pudo evitar reírse con resignación.