Laura sintió de inmediato que algo no estaba del todo bien. -Raquelita, ¿otra vez estás con el jefe Alberto? Dime, ¿esta noche ustedes van a tener relaciones?
Raquel guardo por unos segundos silencia.
No sabía qué tenía Laura en la cabeza ni por qué siempre pensaba en ese tipo de cosas.
Raquel respondió, -¡No estoy con él!
En ese preciso instante, Alberto se estaba duchando en el baño; ya había escuchado el sonido de notificación de WhatsApp. Raquel estaba chateando con alguien por WhatsApp.
Alberto se duchaba con agua fría, el agua le salpicaba sobre sus hermosos y definidos músculos y luego se dispersaba, pero no lograba calmar el ardor que sentia por todo el cuerpo.
Solo con pensar que Raquel estaba en su cama, no podía evitar fantasear una y otra vez.
Alberto cerró sus ojos apuestos con un aire abatido y su mano fue descendiendo lentamente. Llamó a Raquel, Raquel!
Afuera, Raquel escuchó enseguida la voz de Alberto -¿Qué pasa, jefe Alberto?
Alberto preguntó. -¿Qué estás haciendo?
Raquel respondió, -No estoy haciendo nada, estoy hablando con una amiga.
Alberto preguntó, -¿Un amigo hombre?
Raquel dijo – Bueno sea amigo hombre o armiga mujer, es mi privacidad. Si el jefe Alberto quiere saber, no tengo nada que decir
Alberto soltó una risa, con un tono de voz fonica. -Tu privacidad… ya la he visto toda.
Raquel se enfado demasiado, y exclamó furiosa, Alberto Díaz!
Desde adentro, Alberto escuchó el nombre que ella gritó Su voz clara llevaba un tono de coquetería; sin verla podia imaginarta con esa expresión de vergüenza e indignación. De repente, Alberto sintió que su deseo alcanzaba el limite. Su mente se quedó en blanco.
Raquel, afuera, aún no sabía lo que estaba ocurriendo. En el grupo de chat aparecieron nuevos mensajes.
Laura dijo con soltura, -Raquelita, has estado soltera estos tres años. ¿De verdad no sientes deseo fisico? ¿Puedes resistirte viendo al jefe Alberto?
Raquel guardó silencio por unos minutos.
Laura insistió, -Raquelita, somos buenas amigas. Anda, dime lo que en realidad piensas.
El rubor en el rostro de Raquel ya se había extendido hasta las orejas. Ella no tenía deseos físicos. Tampoco queria a Alberto
Capitulo 676
En ese momento, Alberto terminó de ducharse y salió del baño.
Raquel levanto la mirada y vio que Alberto llevaba una pijama de seda negra. El cinturón estaba atado de forma suelta, dejando al descubierto la mitad de su pecho musculoso y sus largas y fuertes piernas. Sobre este punto, Raquel nunca lo había negado: Alberto en realidad tenía un excelente físico.
Un hombre que había sido amado por Ana durante tantos años, sin duda alguna tenía su encanto.
Alberto se secó las gotas de agua del cabello corto con una toalla. Miró a Raquel fijamente. -¿Por qué me miras?
Raquel respondió, -Jefe Alberto, se equivoca, no lo estaba mirando.
Alberto estaba de buen humor. -¿Ah, sí?
El celular de Raquel volvió a sonar. Había nuevos mensajes en el grupo de chat. A Laura no le bastó con escribir; también mandó varios mensajes de voz,
Raquel los abrió, y la voz de Laura se escuchó de inmediato:-Raquelita, ya no te hagas la tímida. Estos tres años sin vida sexual, seguro que tienes cierto deseo.
-El jefe Alberto es guapo, tiene buen cuerpo, y además es rico. Tienes que conquistarlo de una vez por todas. ¡Aprovecha y pasa una noche maravillosa!
Raquel guardó silencio.
Jamás se le habría ocurrido que Laura diría algo así. Se incorporó con torpeza tratando de cerrar el mensaje de voz.
Pero en una noche como esa, la voz de Laura sonó como un altavoz, resonando con total claridad en el
aire.
Raquel giró la cabeza para mirar a Alberto, y justo vio que él también levantaba esos ojos apuestos para mirarla.
Raquel permaneció en completo silencio, cerró los ojos con fuerza, sin atreverse siquiera a abrirlos para mirarlo.
¡Laura, ¿qué estás haciendo?!