Raquel se quedó sin palabras.
Ella miró a Alberto, conmocionada, sin entender lo que estaba diciendo. ¿Acababa de decir que quería
ser el tercero en un matrimonio?
Un hombre con la posición y el estatus de Alberto no tenía ninguna necesidad de competir por mujeres,
pero ¿él mismo se estaba rebajando a ese nivel, deseando convertirse en un tercero en discordia?
Luis, al otro lado, claramente también se quedó sorprendido y no logró pronunciar palabra alguna.
-Señor Luis, tengo asuntos pendientes que atender, voy a colgar.
Alberto colgó. Miró a Raquel, quien lo observaba asombrada. Él sonrió. -¿Por qué me miras así?
Raquel parpadeó. -Jefe Alberto, en realidad no era necesario que le dijeras eso a Luís, eso puede
generar malentendidos.
Alberto le sostuvo la delicada barbilla con su mano. -Todo lo que dije es verdad, ¿por qué no habría de
decirlo? ¿O es que piensas que mis palabras te causarán problemas y que, al regresar, no sabrás cómo
explicárselo a Luis?
Raquel respondió. -Es por ambas razones.
Alberto dijo con firmeza. -Hay solo una forma en que puedes deshacerte de esos dos problemas al
mismo tiempo.
-¿Qué forma?
-¡Divórciate de Luis! ¡Y cásate conmigo!
Raquel lo miró con nostalgia, permaneciendo en completo silencio por unos segundos. -Jefe Alberto, deberías pensar primero en tu relación con Ana. La alianza entre la familia Díaz y la familia Barroso debe
llevarse a cabo.
Alberto intentó hablar. -Yo…
-Jefe Alberto, ahora mismo Bethra y la señora Nysa siguen desaparecidas. Aunque ya enviaste a alguien a buscarlas, no quiero hablar de nada más ahora. Solo quiero que regresen sanas y salvas, ¿de acuerdo?
Alberto sorprendido dijo. -De acuerdo, cuando Bethra y mi madre regresen, hablaremos de esta
situación.
Bethra y Nysa habían sido encerradas en un cuarto oscuro por los hombres vestidos de negro. Bethra, asustada, dijo. -Abuela, ¿dónde estamos? Tengo mucho miedo. Extraño a mi mami.
Nysa abrazó cariñosa a Bethra. -Bethra, no tengas miedo. Esto es el Valle del Río. Mi hijo vendrá pronto
a rescatarnos.
Capitulo 605
Bethra preguntó con un tono de voz dulce. -¿De verdad? ¿El señor guapo vendrá a salvarnos?
Nysa afirmó. –Por supuesto que sí. Así que no tengas miedo, estoy contigo.
Bethra estaba llena de confianza. -Mi mami también vendrá a rescatarnos, ¡mi mami es increíble!
Nysa miró con ágrado sus piernas ya recuperadas y sintió una profunda gratitud hacia Raquel.
La verdad era que ella siempre había tratado mal a Raquel. Cada vez que se encontraban, le pedía que se alejara de su hijo. Sin embargo, Raquel no solo no guardó rencor, sino que además curó sus piernas. Ella era, sin duda alguna, una mujer extraordinaria.
Nysa sorprendida dijo. -Bethra, tu mami en realidad es una mujer maravillosa.
-Abuela, el señor guapo también es genial. Yo quiero que él se case con mi mami. ¡Ellos dos están hechos el uno para el otro!
Nysa se quedó en absoluto silencio. -¿Bethra, tu mami está casada? Yo escuché que ya se había casado
con Luis.
Bethra lo negó. -Abuela, estos tres años ha estado soltera, viviendo conmigo. Yo quiero que el señor guapo sea mi papá.
Nysa en realidad se sorprendió demasiado. Resultaba que Raquel no se había casado. ¿No se había casado con Luis?
¿Por qué?
Raquel y Luis ya tenían una hija tan grande, ¿por qué no se habían casado?
Los ojos de Nysa mostraban una gran confusión. Solo podía esperar a salir de ese lugar para contarle todo a Alberto y que él investigara.
En ese preciso momento, un auto lujoso se détuvo afuera. Pronto, una silueta familiar bajó del auto. Ana había llegado.
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