Capítulo 653
Camila se fue, y Raquel, con Bethra, también planeaba regresar. Bethra, regresemos al hotel,
Bethra obedeció. Está bien.
-Bethra, mañana regresamos a Solara. ¿Hay algún lugar en Valle del Río al que aún quieras ir?
-Mamá, ¿ya vamos a regresar tan pronto?
-Si.
-Pero todavía quiero jugar con ese señor guapo.
Las largas y rizadas pestañas de Raquel temblaron levemente. No esperaba que Bethra todavía pensara
en Alberto, que quisiera jugar con él.
-Bethra, él está muy ocupado ahora. No vamos a molestarlo, ¿sí? Yo jugaré contigo.
Bethra aún no había respondido cuando se oyó la voz de Ana. -Raquel, qué coincidencia.
Raquel levantó la vista y vio a Ana.
Ana se acercó. -Raquel, ¿viniste a cenar con tu hija? Qué coincidencia tan grande, Alberto y yo también quedamos de encontrarnos aquí para cenar. Más tarde vendrá doña Nysa, viene a hablar sobre los preparativos de mi boda con Alberto. Nos vamos a casar, ¿lo sabías?
Los ojos claros de Raquel se posaron en el rostro de Ana, y sonrió. -No lo sabía, pero ahora ya lo sé.
Entonces, ¿qué quieres decir?
-Quiero decir que Alberto ahora es mi prometido. Raquel, no querrás seducir al prometido de otra mujer,
¿no es así?
De pronto, se oyó una voz grave y magnética. -¿De qué están hablando ustedes?
Raquel alzó la vista y vio la figura alta y apuesta de Alberto. Alberto había llegado.
Ana apresurada se adelantó y se colgó enseguida del brazo musculoso de Alberto. -¿Alberto, que bien
ya llegaste?
Alberto, a quien Ana sostenía del brazo, miró a Raquel.
Raquel no mostró ninguna emoción; simplemente saludó. -Jefe Alberto.
Alberto retiró su brazo y miró cariñoso a Bethra. -Bethra.
Bethra corrió muy feliz hacia Alberto. -Déjame abrazarte
Bethra también quería que él la abrazara.
Raquel intentó detenerla, -Bethra, no lo molestes.
Ana intervino furiosa. -Exacto, Bethra. ¿Y tu papá? Deberías pedirle a él que te abrace.
Capitulo 633
Mientras hablaba, Ana miró con rabla a Alberto. -Alberto, Bethra tiene a su propio padre. Mejor no la
abraces.
A Alberto estas palabras le dolieron en el alma. Sí, Luis era el padre de Bethra. ¿Qué derecho tenia el de abrazarla?
Los ojos brillantes y grandes de Bethra miraban a Alberto mientras extendía los brazos. -Señor guapo, ¿ puedes abrazarme, por favor?
Alberto esbozó una sonrisa y, aun así, extendió con cariño los brazos para tomar a Bethra en su fuerte abrazo. Sin importar de quién fuera hija Bethra, simplemente no podía rechazar la sutil petición de esa
niña.
El rostro de Ana enseguida cambió, pero contuvo su enojo y dijo: -Alberto, ¿te gustan tanto los niños? Entonces, cuando nos casemos, tengamos los que quieras. Los que tú quieras tener, los tendremos.
Alberto no le respondió a Ana.
Raquel se acercó. -Bethra, el señor guapo ya te abrazó. Vámonos, él está muy ocupado. No debemos molestarlo más.
Alberto ya lo había notado: a Raquel no le gustaba que él tuviera mucho contacto con Bethra. ¿Acaso sospechaba que él podría hacerle daño a la niña?
Bethra miró con esos bellos ojitos a Alberto. -Señor guapo, mi mami y yo nos vamos mañana.
¿Raquel se iba mañana?
El corazón de Ana se llenó de alegría.
Alberto se detuvo en seco. Miró a Raquel. -¿Te vas mañana?
Capituki 654
Capítulo 654