Capitulo 644
Alberto: -Ella es bella, inteligente, talentosa y también tiene una sensibilidad especial, es una persona
extraordinaria, brillante.
Guau.
Bethra se rió con agrado y dijo: -Señor apuesto, tengo la sensación de que estás hablando de mi mamá,
mi mamá también es así.
Su mamá también brillaba como esa bella dama.
Alberto sonrió; en los ojos de los niños, todos creían que sus madres eran las mejores, él lo podía
entender.
En este mundo, no habría nadie que brillara más que Raquel.
-Señor apuesto, ¿estás con la persona que te gusta?
Alberto lo negó. -Aún no, todavía no ta he conquistado.
Bethra lo entendió.
Luego, los dos llegaron frente a la puerta del apartamento 808. Alberto dijo: -Es aquí, espera voy a tocar.
Alberto tocó el timbre.
En ese instante, Raquel estaba en la habitación, esperando a que Bethra llegara.
Al escuchar el timbre, su asistente se levantó apresurada y dijo: -Yo abriré la puerta.
Raquel la detuvo: -No hace falta, yo iré. Seguro que Bethra quiere verme primero a mí.
Raquel camino a paso largo hacia la puerta.
Afuera, Alberto miró embelesado a Bethra. -Pequeña, ¿cómo te llamas?
Bethra respondió: -Señor apuesto, me llamo Bethra, puedes llamarme Bethra.
¿Bethra?
Qué bonito nombre tienes.
Alberto preguntó con cierta curiosidad: -¿Y cómo se llama tu mamá? Quiero saber cómo llamarla luego.
Bethra respondió feliz: -Mi mamá se llama Raquel.
Sí ella se llama Raquel.
Esa frase entró directo en la mente de Alberto, haciendo que su figura alta y erguida se quedara rígida de
golpe.
Sus profundos y brillantes ojos se contrajeron, y miró enseguida a Bethra con incredulidad. -Bethra, ¿ cómo dijiste que se llama tu mamá?
-Bonito, ¿qué te pasa? Mi mamá se llama Raquel, Raquel Pérez. Ah, y también tiene un nombre en ingles se llama Jolanda.
Alberto quedó petrificado. ¿La mamá de Bethra era Raquel?
De pronto, la puerta se abrió y la voz clara y melodiosa de Raquel resonó en el lugar: -¿Bethra, ya llegaste?
Bethra respondió alegremente: -¡Mamá, mira! También traje a un señor apuesto conmigo.
¿Qué señor apuesto?
Raquel miró asombrada a Alberto, y Alberto también miró a Raquel; sus miradas se cruzaron.
Raquel quedó paralizada.
Miró emocionada a Alberto, luego a Bethra. En ese momento, Alberto sostenía a Bethra en brazos. Padre
e hija de repente aparecían juntos en la puerta de su casa.
¿Cómo podía ser esto posible?
Alberto miraba a Raquel con asombro. Hasta ese momento, tuvo que aceptar la realidad: resulta que la
madre de Bethra era Raquel.
Cuando Raquel se fue hace tres años, ya estaba embarazada. Si hacía bien las cuentas, el tiempo coincidía a la perfección. ¡Raquel había dado a luz a Bethra!
Raquel miró a Alberto. -¿Jefe Alberto, eres tú?
Dicho esto, Raquel enseguida tomó a Bethra de los brazos de Alberto.
Alberto volvió en sí con dificultad. -Raquelita, ¿Bethra es tu hija?
Raquel contestó. —Sí.
Bethra preguntó curiosa: -Mamá, ¿conoces a este señor?
Raquel respondió: -Bethra, ¿el señor apuesto del que hablabas es el jefe Alberto?
Bethra respondió emocionada. -¡Sí, claro!
Quizás eso era cosa del destino. Le gustara o no a Raquel, Bethra había conocido a Alberto. Y no solo eso, sino además él se había convertido en el señor apuesto- del que tanto hablaba su hija.
Alberto miró fijamente a Raquel. -Raquelita, ¿Bethra es hija tuya y de Luis?
Capitulo 645
Capítulo 645