Alejandro abrió la boca, queriendo hablar.
Pero solo pudo emitir ciertos sonidos ininteligibles, que no permitían entender lo que decía.
-Raquel, ¿por qué todavía no puede hablar?– preguntó con cierta curiosidad doña Sara.
Los nervios tensos de María se relajaron geramente. Le aterraba la idea de que Alejandro
hablara en algún momento y revelara todo, pero resultaba que aún no podía hablar.
María ansiosa se adelantó de inmediato, tomó la mano de Alejandro. -Alejandro, ¿qué te pasa? ¿Tienes algo que decirme? Estoy aquí, habla despacio.
Raquel miró de teojo a Alejandro. -Ya le he aplicado las agujas para que recupere la conciencia, pero aún no puede hablar. Necesita un periodo de recuperación.
Doña Sara solo pudo consolarlo. -Alejandro, no te alteres. No te preocupes, te recuperarás
росо а росо.
Alejandro seguía mirando a María con los ojos enrojecidos, pero no podía hablar.
En ese instante, una criada entró apresurada. —¡Doña Sara, buenas noticias!
Doña Sara levantó la cabeza. —¿Qué buenas noticias?
La criada entusiasmada dijo: -¡Doña Sara, la señorita Ana ha despertado!
¡¿Qué?!
¿Ana ha despertado?
María se llenó de júbilo. -¿De verdad? ¿Anita ha despertado? ¡Qué maravilla!
Doña Sara también se alegró mucho. Después de todo, Ana era la hija del hombre más rico, y su existencia era clave para la vida próspera de la familia Pérez. —¡Preparen el auto, quiéro regresar a ver a Anita!
Raquel quedó pensativa. Aún no había preparado el antídoto, y Ana había despertado por sí sola. Qué interesante era todo esto.
En la habitación de la familia Pérez, Ana ya había despertado. Estaba sentada en la cama, y Víctor la miraba perplejo.–Anita, ¿te sientes mal?
El rostro de Ana estaba algo pálido, pero su estado de ánimo era bueno. Ahora era la hija del hombre más rico, y era el momento más feliz de su vida. Tomó el brazo de Víctor y, coqueta, dijo: -Papá, todavía me siento un poco mareada.
-Entonces llamaré al médico.
Capitulo 615
-No hace falta, con que tú estés conmigo es suficiente.
En ese momento, Raquel, doña Sara y María regresaron. María, feliz, dijo: ¿Anita, has, despertado? ¿Cómo pudiste envenenarte de repente? Me asustaste demasiado.
Doña Sara también dijo alegre: Anita, qué fortuna que hayas por fin despertado. Tu salud es lo más preciado, si algo malo te hubiera pasado en la familia Pérez, ¿cómo podríamos explicárselo al jefe Victor?
Ana sonrió, mostrando una expresión llena de orgullo y vanidad.
Raquel miró a Ana; parecía que ya había eliminado el veneno.
-Papá, ¿sabes por qué de pronto fui envenenada? ¡Es porque alguien me envenenó!—Dijo con
firmeza Ana.
Doña Sara y María se sobresaltaron enseguida. Anita, ¿dices que alguien te envenenó? ¡Qué valor el de esa persona, atreverse a atentar de esa manera contra ti!
Víctor trató de calmarla. —Anita, si dices que alguien te envenenó, ¿quién fue esa persona? Ana furiosa levantó la mano y señaló a Raquel. Papá, fue Raquel quien me envenenó! Raquel tranquila no mostró ninguna expresión de sorpresa; ya sabía que Ana la acusaría. Todas las miradas se dirigieron de inmediato al rostro de Raquel. María fue la primera en levantarse de un salto. —¡Raquel, entonces fuiste tú quien envenenó a Ana! Jefe Víctor, te había dicho que Raquel era la culpable y no me creíste. Ahora que Anita ha despertado y la ha
fin? señalado,¿no deberías creerlo por
Víctor hizo mala cara, sin decir nada.
Raquel dio un paso al frente y miró fijamente a Ana. -Ana, dices que fui yo quien te envenenó. ¿Tienes pruebas de eso?
Ana respondió con certeza: -Papá, ese día me envenené justo después de hablar con Raquel. Tiene que haber sido ella quien lo hizo.
Capitulo 616