Capitulo 608
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Capítulo 608
Camila, yo…
Camila extendió cariñosa la mano para secar las lágrimas de Fernanda. Fernanda, de ahora en adelante seré tu hermana. Bienvenida a nuestra familia. A partir de ahora te protegeré, y cuando crezcas y tengas la capacidad para cuidarte por tu misma, tú también me protegerás, ¿ qué te parece? De ahora en adelante, somos familia.
Fernanda, con lágrimas en los ojos, aceptó feliz. ¡Sí!
Héctor estaba de pie afuera de la puerta principal observando la conmovedora escena, con los ojos enrojecidos. No había imaginado que Camila integraría de manera formal a su hermana en la familia Guerrero.
En ese momento, dos sirvientas se acercaron murmurando entre ellas. -Esta Fernanda sí que tiene suerte, conoció a la señorita Camila y pudo convertirse en una hija de la familia Guerrero. Eso es un verdadero favor del destino.
Para una chica como esa, tener a la familia Guerrero como respaldo, jes una bendición!
-Ya no podemos llamarla Fernanda, ahora tenemos decirle señorita Fernanda.
Las dos sirvientas se alejaron apresuradas.
Los ojos enrojecidos de Héctor de repente se llenaron de lágrimas, su mirada quedó profundamente fija en Camila. ¡Cuánta emoción le había traído esa chica que irrumpió de pronto en su vida!
Héctor sacó su celular y marcó el número de Camila.
Iba a llamarla.
Tenía tantas cosas que decirle.
Todo lo relacionado con su padre, sobre él y Melis, además todo lo que le había pasado, todas aquellas cosas que antes no había podido decir, se las contaría ahora.
Iba a abrirle su alma por completo y mostrarle todo sin reparo alguno.
Iba a decirle que todo había terminado.
Que de ahora en adelante, él le pertenecía solo a ella.
Y también iba a decirle que la amaba con el alma.
Que la amaba con intensidad.
Dentro de la casa, Camila seguía hablando con Fernanda, cuando de pronto sonó el melodioso timbre de su celular. Le estaban llamando.
Capitulo 608
Camila lo sacó para mirar y vio que era una llamada de Héctor.
Héctor la estaba llamando.
Las pestañas de Camila temblaron. Las tétricas escenas ocurridas en la boda de él y Melis
invadieron por completo su mente de golpe. Ella le había pedido que se fuera con ella, pero no lo hizo. Entonces, ¿para qué la llamaba ahora?
Ella ya le había dado una oportunidad, pero él no la valoró.
Camila presionó el botón de colgar y rechazó enseguida la llamada de Héctor.
Pero pronto, su celular volvió a sonar. Héctor estaba llamando de nuevo.
Fernanda miró de reojo a Camila. -Hermana Camila dime, ¿por qué no contestaste la llamada? ¿Quién era? ¿Era mi hermano? ¿Qué estará haciendo estos días? Hace mucho que no lo veo.
Al escuchar las palabras de Fernanda, el corazón de Camila se ablandó de inmediato. Aunque en este momento no tenía nada que decirle a Héctor, después de todo, él era el hermano de Fernanda. Y como su hermano, tenía derecho a saber si su hermana estaba bien.
Camila pulsó el botón para contestar la llamada, y enseguida la voz grave y magnética de Héctor llegó a sus oídos. -Hola, Camila.
Él la llamó por su nombre.
Camila lo odiaba profundamente en su corazón, pero al volver a escuchar su voz, no pudo evitar sentirse débil.
-Fernanda está en mi casa. La cuidaré bien. Aparte de eso, ¿tienes algo más que
decir?
él
-Camila, tengo algo importante que
decirte.
-No quiero escucharlo.
-Camila, sal. Estoy justo en la puerta de tu casa.
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