apítulo 592
Héctor cerró sus pequeños puños y se inclinó para besarla.
Camila se sintió mareada por el beso: -Héctor, acaso no te has duchado?
Capítulo 592
Héctor cerró sus pequeños puños y se inclinó para besarla.
Camila se sintió mareada por el beso: -Héctor, acaso no te has duchado?
Héctor la miró intensamente, como una fiera que acecha a su presa: -Camila, te necesito, ¿ puedo?
Él expresó su deseo por ella.
El rostro ovalado de Camila se sonrojó inmediatamente, mordió su labio rojo y asintió con la cabeza:
Sí..
Héctor se inclino para besarla de nuevo.
Sin embargo, Camila lo detuvo.
Héctor preguntó con voz ronca: -¿Qué sucede?
Camila respondió: -¿Podemos ir a la cama? Estoy un poco nerviosa, es que…
Ella confesó que era su primera vez.
Héctor inmediatamente levantó su mano, la cargó horizontalmente y ambos se acomodaron en su amplia y suave cama.
Al sentir la rigidez de su cuerpo, Héctor tomó su pequeña mano y la entrelazó lentamente con la suya: -Si te sientes incómoda, dímelo. Yo tampoco tengo experiencia.
Ambos estaban en sintonía.
Los ojos de Camila brillaron, y ella lo besó activamente.
Después de un tiempo indefinido, Camila yacía recogida en la cama, con la frente sudorosa y
las mejillas tan rojas como si estuviera maquillada, tan linda como una rosa en pleno florecimiento.
Héctor la abrazó por detrás, enterrando su rostro en su cabello y acariciándolo fascinado.
-¿Quieres ducharte? -preguntó él.
Camila se giró para mirarlo con ojos llorosos: -Entonces llévame en brazos.
Héctor asintió: – Bueno.
Héctor se levantó de la cama y notó la mancha de sangre en la sábana; había si su primera
vez.
Héctor la levantó en brazos, Camila cubrió su cara con timidez, y ambos entraron en la ducha.
Capitulo 592
El
agua tibia caía sobre ellos, Héctor tomó una banda de goma y recogió su largo cabello, ayudándola a bañarse
En ese momento, Camila de repente recordó algo importante y exclamó: -Héctor.
Con voz ronca, Héctor inquirió: -¿Qué ocurre?
Camila preguntó: -No te cuidaste ¿verdad?
Héctor también se percató de este descuido, dado que ambos eran novatos en esto y era improbable que Camila tuviera algún tipo de protección; él tampoco lo había considerado.
Héctor extendió sus brazos y la abrazó: -Lo siento, se me olvidó.
Camila dijo: Entonces mañana iré a la farmacia a comprar una pastilla.
Observando el rostro blanco y suave como el jade de la chica, Héctor la besó apologéticamente: -La próxima vez lo tendré en cuenta.
Camila lo miró maliciosamente: -¿Habrá una proxima vez?
Héctor la sostuvo en sus brazos: -¿No quieres?
Camila le echó agua, ¡qué descarado!
Ambos jugaron y rieron por un rato, hasta que de repente Héctor la presionó contra la pared.
Camila preguntó con timidez: -¿Qué estás haciendo?
Héctor la observaba fijamente: -Todavía te deseo.
Camila lo sabía, había preguntado a propósito: Entonces quiero hacerte una pregunta primero.
-¿Qué pregunta?
-¿Te gusto? Dime primero, ¿te gusto o no?
Esta pregunta era de suma importancia para Camila.
Héctor se acercó y la besó: -¡Claro que si me gustas! ¡Y me gustas mucho!
Héctor le gusta Camila.
Él se lo confirmó a Camila con una voz grave y muy seria.
Camila sonrió con los labios rojos y extendió sus brazos alrededor del cuello de Héctor:—¡Yo también te amao!
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