Rosana se sorprendió al ver a Tadeo aparecer de repente.
¿Qué hacía él aquí?
Tadeo miró directamente al abogado y soltó:
-Qué coincidencia; hace poco la señorita Chavira también firmó conmigo un contrato igual, y de hecho, me pidió anular el que firmó contigo.
El rostro del abogado, un hombre de mediana edad, cambió de inmediato.
-Eso no puede ser -replicó, forzando una sonrisa-, la señorita siempre ha confiado en mí más que en nadie, no hay manera de que haya decidido cambiar de representante.
Ángela intervino enseguida, alzando la voz:
-Así es, Sara solo confía en Bruno, es el abogado que su papá eligió para ella antes de morir.
Tadeo se encogió de hombros, sin perder la calma.
-Ya sabía que iban a reaccionar así, por eso traje pruebas en video. Y no es cualquier grabación, está legalizada y todo.
Sacó su celular y puso el video frente a todos. En la pantalla, Sara, acostada en una cama de hospital, miraba directo al lente y declaraba con voz clara que le daba a Tadeo la autoridad para encargarse de todos sus asuntos legales.
El secretario, otro hombre de edad media, no pudo ocultar lo tenso que se puso. ¿Sara habría empezado a sospechar de él? ¿Por qué, si no, buscaría a otro abogado de la nada?
Tadeo guardó el celular y habló fuerte, dirigiéndose a todos:
-¿Ahora sí queda claro para la familia Chavira?
Ángela, sin embargo, se negaba a aceptar la situación. Frunció las cejas y replicó:
-Yo no me trago eso. Dudo de ese contrato y del video. No creo que Sara lo haya hecho.
El abogado se sumó, su voz un poco temblorosa:
-Sí, antes la señorita solo confiaba en mí…
Rosana no pudo evitar soltar una risa burlona:
-Antes, tal vez. Pero viendo cómo te comportas ahora, ¿todavía crees que mereces esa confianza?
El abogado guardó silencio, bajó la mirada y buscó apoyo en Ángela. Pero en esos momentos, solo los Chavira podían abrir
la boca.
Ángela no se achicó. Sacó el pecho y, altiva, soltó:
-Voy a mandar a revisar ese contrato y el video con un abogado de verdad. Pero ahora mismo, me llevo a Sara de aquí.
Rosana soltó una carcajada, sin molestarse en disimular el desprecio.
-¿En serio crees que puedes hacer eso? Inténtalo si quieres.
Ángela apretó los dientes, desbordando rabia.
-Rosana, ¿me vas a impedir que me lleve a mi sobrina?
-Por supuesto, ¿no es obvio? Además, aquí tengo al abogado que Sara eligió, y con eso tengo todo para impedirlo.
La tensión entre ambas era tan densa que casi podía cortarse con un cuchillo. Rosana en realidad moría de ganas de ver la cara de Ángela el día que descubriera que la empresa PZ era una estafa y que todo su dinero había desaparecido.
Seguramente ese día sería digno de recordar.
Cuando Ángela iba a seguir discutiendo, Dionisio, que hasta ese momento solo había observado, intervino con voz calmada pero firme:
-Si quieres armar un escándalo, Ángela, adelante, anímate.
Ángela lo fulminó con la mirada.
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Capitulo 1215
¡Esto no se va a quedar asil Les juro que iré a los medios, que todo el país se va a enterar de lo que están haciendo pienso dejar esto asil
Dicho esto, Angela se fue hecha una furia, con la cabeza en alto y los tacones resonando en el piso.
En cuanto se fue, el resto de los parientes de los Chavira perdieron el interés. Casi todos se retiraron en silencio, sablende que ya no tenian nada que decir ni poder para decidir.
Solo una mujer mayor se quedó. Se acercó a Rosana y, con voz suave, le dijo:
-Señorita Lines, mientras el abogado esté aquí, Ángela no va a atreverse a hacer nada. Gracias por no dejar sola a Sara, esa niña ha sufrido demasiado desde que era pequeña.
Rosana miró a la señora y, antes de que pudiera decir algo, la mujer ya se había marchado.
Se giró para mirar a Tadeo, con un dejo de admiración y sorpresa.
-¿Nadie sabía de esto? Qué bien lo ocultaron.
Tadeo se cruzó de brazos, serio.
-Es información confidencial de la clienta, no podía decir nada.
Luego echó un vistazo a la sala de cuidados intensivos, donde Sara seguía postrada.
-Aunque, si pudiera elegir, preferiría no tener que sacar el contrato de esta manera.
Rosana lo observó, intentando entenderlo.
-¿Sara sospechaba de algo?
-Ese abogado tenía cosas raras, -respondió Tadeo, bajando un poco la voz-. Sara me mostró varios contratos de administración de bienes. Por lo que vi, noté que había cosas que no cuadraban. Por eso fue que me pidió a mí que su abogado exclusivo.
fuera
Rosana asintió, con el ceño fruncido, sintiendo una mezcla de alivio y angustia por todo lo que Sara había tenido que pasar.